Pasado[]
Infancia[]
Kyōka se crió en Kusajishi, uno de los distritos de numeración más elevada del Rukongai donde para lograr sobrevivir se vio obligada desde muy pequeña a robar y luchar por sólo un poco de alimento: esto gracias a que en un golpe de suerte había logrado robar un cuchillo (arma con la cual se ayudaba en combate) y a una buena capacidad física natural que incentivaba al entrenarla en combate como en escapes.
Dada su habilidad natural, llegó a formar una pequeña banda con otros niños abandonados de su distrito, entre los cuales se ayudaban para conseguir más alimentos y cosas para poder vivir mejor; con estos niños, adoptaron el apellido de "Hamasaki", considerándose todos como una auténtica familia. Sin embargo a medida que Kyōka iba creciendo los miembros de su banda iban disminuyendo: con el pasar del tiempo todos habían muerto en el día a día de los distritos, quedando sola nuevamente.
Encuentro[]
Meses después de haber vuelto a quedar sola, Kyōka decidió ir a enfrentarse sola a una banda que estaba acaparando provisiones en un pequeño fortín: allí se coló y tras matar sigilosamente a algunos guardias fue descubierta, debiendo enfrentarse a una gran banda por sí misma. Combatió por un buen rato contra todos pero la desventaja numérica terminaba por agotarla cada vez más. Con quince adversarios de pie aún, Kyōka estaba casi en un límite; fue en ese momento cuando un oficial shinigami apareció y con una serie de hechizos kido terminó con todos aquellos que estaban de pie, salvo Kyōka.
El Shinigami resulta ser Kyōki Kitakaze, que se presenta de manera amable para luego con algo de brusquedad preguntar el nombre de la niña, sintiendo curiosidad por el parecido que tiene esta con su nombre. Sin nada más que decir, el hombre se retira, para luego percatarse de que Kyōka le sigue, decidida a acompañar a su "Salvador". Algo irritado, el pelinegro le grita de manera brusca a la niña, pero esta última al mirarle con ojos llenos de ternura y una expresión llena de agradecimiento, cede y termina por llevarsela.
Cuando Kyōki llega a la Sociedad de Almas con Kyōka abrazada a su pierna, el shinigami no pudo evitar acaparar la atención de los espectadores, para luego proclamar triunfante "Me siguió el camino y me la quedare"; de esta curiosa manera, Kyōki le ofrece a su nueva y pequeña hermanita su apellido y así mismo, la posibilidad de ser Shinigami.
Academia[]
Tras presentar el examen a la Academia, Kyōka es admitida y desde ese momento se esforzó al máximo apreciando aquella oportunidad que por azar del destino, había caído en sus manos. Estando allí, Kyōka demuestra tener destreza con las Artes Demoníacas, especialmente el Kidō, acompañadas del fortalecimiento de su resistencia y fuerza natural, estas últimas hace que se interese por obtener un mayor conocimiento en el Combate Cuerpo a Cuerpo, pidiendo así ayuda a la Sōtaichō para entrenar.
Así mismo, en varias ocasiones su conocimiento y avance en sus habilidades se veía detenido debido al poco control que solía tener sobre su creciente energía espiritual, provocando que su apariencia se vea drásticamente cambiada al ser modificados el color de sus ojos (en algunas ocasiones) y cabello, volviéndose de color violeta y rojizo respectivamente; con esto último, la Sōtaichō también le ayudó a base de un duro y riguroso entrenamiento.
Luego de graduarse de la academia, Kyōka es asignada a la 13ª División buscando de este modo estar un poco más cerca de su hermano.